Las criticas sobre la carrocería del MK II se solucionaron en 1952 con la aparición de R Type, un coche que de nuevo tenía su propia carrocería estándar; su chasis era más largo y la carrocería más proporcionada con final inclinado.
Sus curvas bulbosas hacían difícil el acceso a las plazas traseras, pero la pequeña sección central del habitáculo era cómoda. Su potencia venía dada por un aclamado motor Rolls Royce de 4.5 litros y 6 cilindros con válvulas de admisión sobre las de escape. De ahí que tuviese buenas prestaciones y una marcha refinada que unida al habitáculo perfectamente insonorizado hizo que el coche fuese muy cómodo.
La carrocería estándar se hacia mecánicamente y se oxidaba con facilidad. Se ofrecían varios tipos de carrocerías; de ellas la mas famosa quizás se la Mulliner Continental Fastback, actualmente considerada como una de las carrocerías más imponentes de todos los tiempos. La mayoría de las especiales eras de aluminio y por eso no se oxidaban.